Aragonés se jacta de que la derogación de la sedición ha sido un pacto de Sánchez con el separatismo
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, ha sacado pecho por haber acordado con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la derogación del delito de sedición. «Seguimos trabajando para acabar completamente con la represión y poder votar en un referéndum», ha advertido Aragonés.
El presidente autonómico considera que esta decisión es «un paso indispensable en la desjudicialización» del desafío separatista. «Hemos llegado a un acuerdo con el Gobierno del Estado para eliminar el principal delito que sufrieron los presos políticos por convocar el referéndum del 1-O», ha defendido Aragonés este viernes durante una comparecencia ante los medios en la sede de la Generalitat.
«Con la derogación del delito de sedición, es más difícil perseguir injusta y arbitrariamente el independentismo. Esto es un paso importante para poner fin a la represión», ha resaltado el jefe del Gobierno catalán. No obstante, también ha destacado que este delito «todavía hoy representa una grave amenaza por los derechos y libertades «.
Pere Aragonés ha celebrado el anuncio de Sánchez y considera que esto «debe llenar de esperanza y de energía colectiva» al independentismo catalán. «Tenemos que seguir trabajando para abordar el fondo del conflicto político. El derecho a decidir es la vía para dar respuesta a este conflicto», ha apostillado.
«Homologable»
Este jueves, Pedro Sánchez anunció que derogaría el delito de sedición para satisfacer a sus socios parlamentarios de ERC. PSOE y Podemos presentarán este mismo viernes una iniciativa legislativa en el Congreso para derogar este delito, que pasaría a ser de «desórdenes públicos agravados» y tendría penas más bajas. De esta forma, el presidente del Gobierno accede a las exigencias de sus socios separatistas para facilitar el retorno de los fugados Carles Puigdemont y Marta Rovira, dirigentes de JxCAT.
El dirigente socialista defendió que el nuevo tipo penal será «más o menos homologable» con otras democracias europeas como Alemania, Francia, Italia, Bélgica y Suiza y las penas por esos delitos serán las que rigen en los códigos penales de esos países.